Aún recuerdo cuando nos reuníamos un grupo de amigos en la esquina
del barrio no había edad mínima ni mucho menos máxima, el que quería
llegar lo hacía, solo si la mama le daba permiso, aunque algunos se
volaban. Primero se comentaban temas sin sentido y se hablaba de una manera que
solo se entendía entre nosotros, un idioma diferente, luego de los temas del
día, se decidía el juego, la lleva, las escondidas, yermis, congelados, o rompe
tapas, todos en algún momento los jugamos y se podían pasa horas en eso y solo hasta
que las mamas nos llamaran seguiríamos toda la noche en los mismo.
En mi época un Xbox, un Play station o un Nintendo, un computador o el
Internet era algo que no era necesario para divertirse en vacaciones,
solo invertíamos la suela de los zapatos que gastábamos de tanto
juego.
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