
Cuando le pregunta
a la gente en la calle lo que esperan lograr en la vida para ser felices el 80%
le responde dinero y el 50% le responde fama. El estudio que realizo waldinger doctor en psiquiatría de
Harvard concluye que ni el dinero ni la fama dan una vida sana, plena y mucho
menos feliz.
Si el (el dinero y la fama) no son factores que llevan a una
vida de felicidad entonces el interrogante es: ¿Cuál es la
clave de la felicidad? Y la solución es
muy fácil: tener relaciones humanas saludables y constructivas.
Las personas que
viven más años, con salud, más felices no eran aquellas personas que se
cuidaban en la alimentación, ni las que pasaban horas en el gimnasio , ni las
que trabajaron más duro, ni las que tenían más fama o fortuna. Las personas que
mostraban un vida llena de felicidad son aquellas que dedicaron muchos años y
mucho esfuerzo a construir relaciones fuertes, de confianza a prueba de crisis,
relaciones positivas, de amor, de respeto y de crecimiento personal. La pareja
es fundamental para construir estas relaciones funcionales. Muchas parejas
felices mostraban conflictos y fricciones, pero lo que hacía a las parejas
sólidas en el largo plazo, era el sentido de pertenencia empatía y apoyo en los
momentos de crisis. Las personas que encontraron y construyeron relaciones de
pareja, de familia y de amigos capaces de superar los grandes retos de la vida
son las personas que viven las vidas más felices.

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